Nuestro primer cliente fue un emprendedor con una idea muy clara, aprovechar los productos naturales de la zona, para hacer un almacén típico, casi una parada obligada a la hora de ir a Curicó.
Cuando tuvimos la primera reunión con Francisco Toro, nos contó una gran historia de cómo había llegado a la idea de tener un almacén que fuera algo más que un clásico almacén de barrio, el problema es que no tenía siquiera definido el nombre, sólo tenía una idea, una casa con patente comercial que estaba ya arrendada y muchas ilusiones sobre lo que podíamos lograr.
Desde el nombre, el logo, la idea del negocio y el diseño e implementación de tienda, un gran desafío que tomó forma en poco tiempo, con menos de lo pensado.
La Tabla de Toro es hoy una tienda del centro de Curicó que destaca no sólo por sus ricos productos, sino que por su onda, diseño interior y propuesta de negocio.
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