La fotografía de alimentos es más compleja de lo que pensaríamos. Normalmente habremos visto muchos ejemplos, quizás los más conocidos son esas hamburguesas del local con la M amarilla, donde la realidad suele ser distinta a la fotografía. Este efecto principalmente se da porque el producto para fotografiar está hecho de forma distinta al para consumir. ¿Se imagina Ud. un helado, bajo la luz de varios flash, más la temperatura ambiente y el baño de chocolate caliente? Probablemente no alcanzarían a llegar las chispas de chocolate antes de que se derritiera y perdiéramos la foto. Lo mismo los hielos de un whisky o el humo de un café recién servido. La verdad es que la fotografía de alimentos suele ser mágica. No es que sea una mentira o exceso de retoque, sino que busca reflejar el mejor momento de un producto.